jueves, 15 de enero de 2009

Drum'n'bass artesanal






Aunque fue en los setenta cuando comenzó a popularizarse la música electrónica no fue hasta finales de esa década cuando comenzó el declive de la batería y su batera en gran cantidad de géneros sustituyéndose al instrumento y su músico por los samples a cargo de los sampleadores y sus químicos. En el mejor de los casos se sustituyó la madera por los pads de una batería electrónica. 
La electrónica había irrumpido en la sección rítmica, la idea era darle un aire algo más futurista, atmosférico y/o conseguir sonidos que la batería clásica no puede producir naturalmente. El futuro ya está aquí y esta vez no está envuelto en papel de plata sino que es de colores y a ritmo de samples.  En los ochenta los ritmos de máquina se utilizan en multitud de estilos en los que antes no se utilizaban ... el pop, en el funky, en el jazz (acid jazz), a parte de toda la música electrónica que ya se estaba diversificando. A finales de los ochenta y principios de los noventa la música electrónica ya comprende una gran cantidad de estilos muy consolidados como tales. Muchos de ellos como el House y el Electro (de los primeros estilos de música electrónica) habían mamado rítmicamente de estilos como la música disco, el soul o el funky asemejándose en el beat,  pero la música electrónica ha tenido su evolución propia y ha creado una inmensa variedad de ritmos nuevos. 
Numerosos amantes del sonido clásico de la música acústica, incluso bateras que gustan de los efectos electrónicos en teclados y guitarras han establecido barreras de seguridad entre los ritmos electrónicos y los ritmos "de tota la vida" (por decirlo de alguna manera) como si de alguna manera no se quisiera "manchar" la batería acústica con ritmos salidos del vientre de su sustituto durante los ochenta. 
En mi opinión esto es un error, porque el ritmo es ritmo venga de donde venga y un buen batería debe ser un artista del ritmo y el sonido sobre todas las cosas. Tal y como yo lo veo el batería ha de ser un recolector de ritmos en su vida diaria y un alquimista delante de su instrumento, utilizará todos los ingredientes que pueda conseguir para crear... da igual el origen de esos ingredientes, sean naturales o  sean artificiales. 
Ahora mismo no conozco ejemplo que mejor ponga de manifiesto esta reflexión que el caso del batería Jojo Mayer y el  drum'n'bass.
El drum'n'bass es un ritmo increible, se mire por donde se mire... la  aguda velocidad eléctrica  y la grave y sincopada pegada se conjugan produciendo un desdoblamiento del sentido del ritmo que por un lado te proyecta al hiperespacio y por el otro te engancha en la tierra a golpe de bajo selvático. 
Jojo Mayer es un batería forjado en el jazz que ha tocado con músicos de la talla de Dizzy Gillespie. Su creatividad y sus ansias por expandirse le han llevado a buscar entre las máquinas para extraer la esencia de un ritmo e incorporarlo, explotarlo y dotarle del sentimiento del que las máquinas carecen.... para ello ha tenido que modificar platos  y hacer uso de pads electrónicos en busca de otros sonidos en su batería acústica, es cierto, pero el resultado sigue siendo un batería creando, un artesano con nuevas herramientas y materiales.
Combinando los sonidos del charles y las ghost notes de caja a una velocidad extrema con los golpes del bombo sincopados ha logrado el efecto del drum'n'bass y lo ha expandido incorporando otros elementos rítmicos y otros sonidos.
Actualmente Jojo está Nerve, un proyecto musical originado en las fiestas-sesiones de Drum'n'bass y Nu Jazz llamadas Prohibited Beatz donde él, obviamente, es la sección rítmica y acompaña a dj's y samplers. 

Reconciliación y expansión.






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