RadioZ + Posse + Sou Edipo (V26 de Febrero, Nave Iguana)
Descubrí a Sou Edipo y Posse hace cosa de un mes, 2 o 3 escuchas les había pegado a cada uno y me llamaron la atención por la calidad instrumental y la forma de meter la línea vocal (esto último sobre todo en Sou). Ahí se quedó la cosa. Vi hace un par de semanas un cartel anunciando este concierto y le dije a Javi vamos a pasarnos por allí, aunque esté caDios, que para los pocos conciertos que hay en Alicante no es plan de ir dejando pasar oportunidades de ver buenos grupos que a saber cuanto durará la próxima sequía.
Lo que iba a ser una noche en plan de trankiguay con buena musiquita, buen ambiente, unas birras etc, sin mayores pretensiones se convirtió en toda una experiencia musical.
RadioZ,que hicieron su papel (aunque demasiado tarde y demasiado largo para mi gusto) dieron paso a la primera curiosidad (curiosidad para mí) de la noche: Posse. Un powerpowerpowerful trio de rock pesado y contundente con trazas sureñas y post muy particular. La curiosidad se tornó perplejidad y al ver al batería pegándose tal desfase al otro lado de su instrumento me dije que coño hago aquí atrás como si estuviera viendo un cuarteto de chelos y me puse en primera, buena elección; La energía que transmitían los tres era atrayente e invitaba a participar de los golpes sonoros, sus parones en seco y sus correspondientes arrancadas. Un bajo potente fusionado con una batería incansable que lo mismo se hacía robusta y atávica en un baile de timbales que se elevaba en un mar de platos trascendiendo la base metálica de la caja y las patadas directas al estómago del bombo. La guitarra por su parte proporcionaba al conjunto el perfecto equilibrio entre el rifaco arrollador y la melodía envolvente.
Terminan Posse dejando tras de sí un espectáculo escueto pero efectivo, tengo en el estómago una sensación de ansiedad que solo podrá ser calmada con más estímulos sonoros.
Los estímulos llegan en cascada. Comienza Sou Edipo tras la intro que es una canción francesa clásica de estas con sonido sucio de gramófono cuyo estribillo canta el vocalista como quien pasa por delante del micro y dice anda esta me la se yo. Después de unas palabras que son lo primero que se le pasa por la cabeza y que ya dan idea del palo del personaje que está al frente de la línea vocal comienza el bombardeo.
Digo bombardeo porque eso es lo que sufrió mi mente, un aluvión de estímulos, toda una paleta de colores metida a la vez en mis receptores sensoriales que me hizo plantearme la necesidad de tener más canales de entrada.
Cada músico, artesano de su instrumento, tejía su parte del tapiz de fino acabado que envolvía a todos los allí presentes, rompía a cada segundo el cuadriculado ritmo con el que nos criamos y le daba una vuelta de tuerca a la armonía.
Cada uno de los guitarras estaba en un mundo diferente, dos mundos complicados de matices diversos que curiosamente en superposición eran la perfecta complementación, el bajo cementaba con impecable y natural técnica esa superposición y aportaba una contundencia voluble que lo mismo ataba al conjunto para controlar el vuelo de la abstracción que lo impulsaba aún más. Todo eso avanzaba sobre los raíles que dibujaba la constante y sutil batería que lejos de encajar la melodía en un patrón rítmico se convertía (por si ya fuera poca la cantidad de matices)en otra fuente de colores, detalles y melodías paralelas pero complementarias marcando los estallidos sonoros, rompiendo los cuadrangulares patrones o manteniendo el suspense.
Si te dan toda esa base instrumental de rock complejo con partes de puro math polifónico y polirrítmico y te dicen métele una línea vocal, lo primero que piensas es "tu puta madre la va a meter", no se si eso sería lo que pensó Quique, el vocalista, en su día pero el caso es que al final lo hizo. Su voz apenas deja de sonar, con su dinámica propia, en una especie de recital acompañado de una gran expresividad gestual.
Solo me queda dar las gracias a estos grupos por el regalo (3€ de entrada)que nos hicieron a todos los allí presentes.
